VII. Colores glaciales y fenómenos ópticos.
Las nieves antárticas no son siempre blancas como pudiera creerse, pues se encuentran extensiones con colores verdes, rojos, ocres y cafés en diversas tonalidades en
los campos de nevé y hielos azules en las grietas, barreras y témpanos. Estos fenómenos dan armonía y variedad al paisaje glacial.
Los colores verdes y rojos se deben a la impregnación del nevé de innumerables algas microscópicas; las encontramos en manchas abundantes en la isla Presidente
González Videla, especialmente en la puntilla de los Elefantes, en Lockroy y en Melchior. Encontramos también extensiones de colores amarillos, pero creo que éstas se debían a estiércol de
pingüino por la proximidad a sus colonias.
En los frentes glaciales y en los témpanos se veían las franjas de hielos azules combinadas con capas intensamente blancas y tal vez se deben a cortes estratificados
con diferentes clases de hielo y variedad en la cantidad de burbujas de aire.
Además de estas franjas, las tonalidades verdes y azules en las grietas, frentes glaciales y témpanos tienen que producirse por fenómenos ópticos de reflexión
ele la luz y refracción a través de los cristales. Las aguas azules del mar constituyen también un factor.
Sobre las nieves negras de la isla Decepción, que ofrecen un fuerte contraste con el panorama antártico, hemos hablado en el capítulo anterior.
Los fenómenos luminosos del cielo son también interesantes y de hermoso aspecto. Los más conocidos que pudimos constatar son los llamados «ice blink» y que se presentan como resplandores lejanos y difusos de color de amarillo claro en las zonas de islas de hielo, como Snow Hill, y en los témpanos
gigantes.
Los amaneceres y crepúsculos presentan en la Antártica una extraordinaria belleza con la más potente manifestación de coloridos en toda la gama del espectro
de la luz solar. La refracción de la luz a través de los cristales de las nubes de hielo y la reflexión en los campos terrestres del nevé, producen a veces extrañas combinaciones. Recuerdo
en cierta ocasión, mientras navegábamos hacia la bahía Margarita, vimos en el Oeste una enorme cruz luminosa entre las nubes, formada por dos haces de rayos perpendiculares.
Igualmente también se observan comunmente los efectos astronómicos como las coronas de luz o halos y las imágenes repetidas del sol y la luna, fenómenos
de espejismos y otros. El 18 de febrero, a las 5 hrs, nos fué dado ver un hermoso fenómeno de imagen invertida del nevado General Cañas Montalva de la isla Presidente González Videla presentando
su cono invertido en la mitad de su altura y viéndose por lo tanto como un doble cono rodeado de halos de colores. Creo que fué un espejismo que puede producirse en las zonas de hielo por existencia de capas
atmosféricas altas de mayor temperatura que las bajas.
El mismo día, encontrándome solo en el nevado oriental de la isla Greenwich durante una exploración, se me presentó el más extraño de los
fenómenos ópticos de origen glacial. Habiendo sido envuelto por una densa nube stratus de cristales de nieve, vi proyectada, a lo lejos, mi propia sombra de enorme tamaño y rodeada de anillos luminosos
alrededor de la cabeza. Lo explico como resultado de la proyección de la sombra por la escasa luz difusa del sol que penetraba a través de los cristales de hielo y producía una serie de refracciones. No
usaba anteojos oscuros porque no había sol directo y pronto las neblinas invadieron el campo alto durante muchas horas con escasa visión hasta sólo de tres metros, produciéndome un enceguecimiento
que me afectó durante dos días.
Humberto Barrera V., Observaciones sobre glaciología antártica
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