El petrel de las nieves es más pequeño que una paloma. Sin embargo, vuela a través del hielo que nunca se derrite y sube a altitudes de 3000 metros hasta llegar al vasto casquete polar antártico. Aquí, en un área más grande que Australia, el hielo tiene varios kilómetros de espesor, cubre cadenas montañosas enteras excepto los picos más altos. Estos diminutos puentes de roca, aislados en el mar de hielo, son tan preciosos como un oasis en el desierto. Sólo el 2% del continente está libre de hielo, y casi todo eso está cerca de la costa. Pero el petrel de las nieves, como casi todas las aves antárticas, no pueden poner sus huevos en el hielo, y están preparados para volar un largo camino para encontrar rocas descubiertas de hielo. En alguna ocasión, uno de sus nidos fue encontrado a 144 millas de la costa. El petrel de las nieves da vida a la parte más inerte de nuestro planeta, se reproduce más al sur que ninguna otra ave, además tiene que esperar a que se elimine la espesa nieve de sus repisas de anidación, donde las temperaturas no superan los -1°C en pleno verano.
David Attenborough
Life in the Freezer (UK, 1993)
Dirección: David Attenborough y Alastair Fothergill
Guión: David Attenborough
Música: George Fenton