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El mejor amigo del hombre en la Antártida

 

 

El mejor amigo del hombre en la Antártida

No es del caso de este escrito historiar todos los pasos dados por Amundsen en la conquista de su objetivo, aunque si debe señalarse la importancia que le dio a los perros. Su preocupación mayor estaba en las condiciones que los perros tendrían que soportar en el viaje desde Noruega hasta la Barrera de Hielos, por lo que hizo adaptar las cubiertas del barco sobre las que descansarían.

Por fin, luego de embarcar 97 perros, el 9 de agosto de1910 el “Fram” soltó amarras y emprendió viaje a las Islas Madeira, a partir de esos momentos y tal como estaba planeado cada uno de los que invernarían se hizo cargo de diez perros para de esa manera conocerlos en detalle.

A bordo también viajaba “Fridtjob”, un canario que según Amundsen “…tiene el record en su especie como explorador polar”. Siempre estuvo a bordo del barco.

Amundsen tratando de entender el descrédito que tanto Scott como Shackleton tuvieron para con los perros de trineo pensaba que si el animal no comprendía las órdenes del guía o que este no comprendía al perro su rendimiento no sería el deseado, el guía desde el principio debía hacerse respetar y el animal debía saber obedecer.

Era tal la importancia que Amundsen le daba a los perros que le impuso a sus hombres la siguiente consigna “Lo primero los perros y después los perros”. Y a estar por la lectura de su libro no perdió oportunidad en su viaje al Polo Sur en destacar las cualidades de su jauría.

 

Carlos Gustavo Fontana, El mejor amigo del hombre en la Antártida

          

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