1903 - Año Nuevo
Un año mas pasó a la historia del mundo; un año mas nada es para la humanidad pero tiene su influencia en la vida del individuo.
Dentro del mundo civilizado, se presenta rodeado de gran aparato, de mucho ruido; con algazaras y con músicas empieza su reinado; como no es conocido ¿cómo será
este año? se preguntan, y en su presunta bondad, se cifran todas las esperanzas, pues en él se cree, se realizan todas las ilusiones.
Para nosotros1, no entró este Año Nuevo con esa cara de extraño y festivo con que se le ve comunmente;
para mí el 1.º de este año, fue un cualquier día del calendario; no le veía ese aspecto lleno de promesas con que se revisten todos los que
van a ocupar un alto y nuevo puesto.
En Setiembre, creímos nosotros, que estaríamos embarcados en el Antarctic en Noviembre, pero ese y otro mes pasaron, y el estado actual del hielo y su comparación
con el de días pasados, nos dan elementos para augurar por lo menos, otros 30 días de espera.
No sentimos un gran abatimiento, pero la duda que en todos los casos mortifica, cuando continúa por mucho tiempo, concluye por transformar hasta cierto punto del caracter
del individuo; lo predispone a la inactividad, pues cuando ella recae sobre un punto principal que toque mas de cerca la vida, no se sabe que resolución tomar; lleno de vacilaciones, toma el único recurso que
se le presenta--esperar.
Y la espera. ¿Se conoce algo mas mortificante que la espera? ¿Se conoce algún estado del espíritu peor, que cuando no se sabe si sucederá o no alguna
cosa?
He pasado por esos instantes, bien largos por cierto y pienso que son mucho peores, mucho mas terribles, de tener la certeza de que lo peor tendrá lugar.
En fin, dentro de nuestra situación estamos contentos y gozando de los días mas cálidos que ofrece la Antártida; nos hallamos en el rigor del estío
y sin embargo, la temperatura se mantiene más baja que la de fusión de hielo.
(...)
Mes de julio
Julio fue un mes notable desde el punto de vista meteorológico, los primeros diez y siete días fueron fríos y los restantes tuvieron una media como de 10º
más caliente preominando en la segunda quincena los vientos ecuatoriales. A fuerza de golpes uno se hace incrédulo, el exceptisismo es compañero de la duda, ¡cuántos proyectos hechos por nosotros
en Setiembre, Octubre y Noviembre del año anterior fueron llevados por el viento! ¡Cuantas esperanzas fueron heladas apesar de haber sido concebidas con todo el calor de nuestros corazones! Por eso al ver ese tibio
Julio, con sus vientos fuertes pero calientes porque venían de la región del sol y quizás también porque sus brisas venían saturadas de las arderosas lágrimas de más de una
madre, capaces de fundir el hielo del mismísimo Polo, teníamios esperanzas, sí, porque es lo último que pierde el hombre, pero sin ilusiones; ellas habían desaparecido hace tiempo y aunque
pensábamos en el futuro porque en él estaba encerrada nuestra suerte, para nosotros no existía mas realidad que la del presente, nadie intentaba descifrar el enigma del venidero.
José María Sobral, Dos años entre los hielos 1901-1903
Libro
El Antarctic
Iceberg
Antes de separarnos
Bodman con uno de los perros frente a la casa
Defendiendo su nido
La tierra de Graham
Mapa de la región polar
1 Otto Nordenskjöld, Bodman, Jonassen, Åkerlundh, Ekelöf y el propio José María Sobral